ANALIZARÁ DESARROLLO URBANO || Desconocen riesgos de la gasera en Villas del Sol
PLAYA DEL CARMEN, Quintana Roo, 6 de agosto.- Funcionarios municipales y regidores del Cabildo de Solidaridad, desconocen lo problemas que aquejan a la población y este miércoles fueron evidenciados cuando habitantes de Villas del Sol se manifestaron y los encararon.
Todo, a raíz de la construcción de una gasera por parte de la empresa Tomza donde, de entrada el secretario de Ordenamiento Territorial, David Duarte Castilla, ni siquiera sabía que autorizó dicha obra.
Fue en marzo pasado que la gasera Tomza solicitó a la ASEA el permiso para construir esta plata de distribución. Es decir, en menos de cuatro meses obtuvieron los permisos federales y municipales, sin olvidar los trabajos hechos en plena pandemia cuando supuestamente estaba prohibido cualquier tipo de actividad.
Esto fue parte de lo que los inconformes expresaron y cuando encararon a Duarte Castilla, lo único que pudo responder fue, primero, que guardaran su distancia por el Covid 19 y luego que revisaría los documentos.
Se le cuestionó cuánto tiempo lleva viviendo en Playa del Carmen y dijo que 6 meses por lo que la gente señaló lo absurda que resulta otorgar permisos sin siquiera conocer la ciudad.
Incluso le propusieron al funcionario cambiar de hogar, es decir que él se fuera a vivir a la zona que ahora es suscptible a una tragedia, y las familias de Villas del Sol irse a su hogar. En respuesta y cinícamente David Duarte dijo no tener casa aquí en Playa del Carmen.
Lo único a lo que se ofreció con los de Villas del Sol fue a reubirse con ellos este jueves, pero únicamente un comité para revisar el asunto.
La gente, no se conformó con esto y esperaron en los bajos del nuevo Palacio a otros funcionarios y regidores quienes se escondieron en la Sala de Cabildo “Leona Vicario”.
Cuando apareció el sexto regidor, Carlos Guerra, éste tampoco sabía el problema, a pesar de que llevan varios días manifestándose.
E, indignado, les dijo que no correspondía a él, ni al Cabildo, otorgar permisos, pero que revisaría. Es decir, tampoco aceptó presionar a las dependencias como Protección Civil y Desarrollo Urbano, para clausurar el lugar.
Más de una veintena de personas se quedaron por varias horas esperando una respuesta segura y que calme a todos pues, entre las vecinas una no pudo contener el llanto por el costo de su vivienda y lo que ha pasado para hacerse de ésta, y que al final se autorice una obra que pone en riesgo la vida de sus hijos.
