Indigente provoca molestia entre usuarios del parque de Villas del Sol; se adueña de juegos infantiles
PLAYA DEL CARMEN, Quintana Roo, 17 de junio. – Habitantes del fraccionamiento Villas del Sol han denunciado la presencia constante de una persona en situación de calle que utiliza los juegos infantiles del primer parque del fraccionamiento para dormir, drogarse, consumir alcohol e incluso realizar sus necesidades fisiológicas, sin que las autoridades actúen pese a los múltiples reportes al 911.
Vecinos, principalmente madres de familia que acuden con sus hijos a actividades recreativas o deportivas en el parque, aseguran que esta persona representa un riesgo para los menores, y cuestionan la pasividad con la que la policía municipal ha tratado el caso.
“Ya hicimos varios reportes, pero vienen los policías y ni siquiera se lo llevan, o le piden que se retire. Al rato vuelve como si nada”, comentó Adriana, residente del fraccionamiento, quien frecuenta el parque con sus mascotas.
De acuerdo con ella, los reportes al número de emergencias están registrados con los folios 48038, 48056, 51067 y 1456, sin embargo, ninguno ha derivado en una acción definitiva.
Durante un recorrido por el parque, fue posible constatar la presencia del sujeto, quien en ese momento inhalaba sustancias químicas a plena luz del día. También se observó que suele utilizar un predio baldío, ubicado en la parte trasera del parque, como zona de descanso, y en ocasiones, incluso trabaja como “portero” improvisado en una tienda de conveniencia cercana.
A pesar de que el espacio es utilizado diariamente por decenas de niños que asisten a entrenamientos de básquetbol y otras actividades deportivas, las autoridades no han logrado —o no han querido— garantizar condiciones mínimas de seguridad para los menores y sus familias.
Algunas madres entrevistadas reconocieron el problema, pero prefirieron no declarar públicamente por temor a represalias, aunque insistieron en la necesidad de que las autoridades municipales intervengan de forma puntual y retiren al indigente durante los horarios en los que el parque es más concurrido.
La omisión, señalan, no solo representa un abandono institucional, sino una amenaza directa para la integridad de los niños y niñas que utilizan este espacio público, cuya función debe ser precisamente la de ofrecer un entorno seguro, sano y libre de riesgos.

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